hasta los débiles pueden rezar

Comienza hoy el calendario litúrgico con el Primer Domingo de Adviento, fecha señalada, como en cualquiera de las otras religiones cristianas, en el ciclo luterano. Este tiempo es, por antonomasia, tiempo de espera, de esperanza y de preparación ya que es el tiempo de la venida del Redentor. El caso es que este tiempo nos ha dejado alguna de las cantatas más incardinadas en la liturgia protestante, cantatas, por otro lado, austeras, como el tiempo en el que se interpretan, y cantatas con un ambiente prefecto para la meditación. Empieza hoy pues el rito de encender la primera vela de la corona de Adviento, esa corona que irá encendiéndose domingo tras domingo hasta la Natividad de Jesús. Por cierto, la corona de Adviento es propia de la liturgia luterana y luego fue adoptada por otras iglesias cristianas.

Una imagen típica de Adviento

Una imagen típica de Adviento

Son tres las cantatas que se han conservado para este Primer Domingo de Adviento, pero hoy voy a comentar una que tiene una de las historias más largas y complejas dentro de toda la obra de cantatas bachianas. La cantata tiene el número 36 dentro del catálogo BWV y lleva por título Scwingt freudig euch empor (Elevaos alegres hacia las estrellas). Señalar que esta cantata aparece con hasta cuatro títulos diferentes en el catálogo y su historia le ha llevado a experimentar diversas versiones y formulaciones, lo cual podría señalar la predilección de su música por Johann Sebastian Bach, que utilizó su partitura en diferentes momentos y para diferentes ocasiones.

De 1725 data la primera versión, profana, con idéntico título al de la religiosa, compuesta para el cumpleaños de un profesor de universidad que podría haberse tratado de Johann Burckhard Mencke, el cual cumpliría entonces medio siglo. Se ha sugerido también el nombre de Johann Matthias Gesner que con el tiempo sería rector de la Escuela de Santo Tomás de 1730 a 1734. Lo que si es cierto es fue reinterpretada en su honor durante los años de su rectoría, como indica una anotación sobre la partitura. Es la BWV 36c.

En 1726 la vuelve a utilizar Bach para la fiesta de cumpleaños de la princesa Charlotte Friederike Wilhelmine, segunda esposa de su antiguo patrón en Köthen, el príncipe Leopold. Parece ser que esta segunda esposa era más aficionada a la música que la anterior, que fue uno de los motivos para que Bach abandonase la corte del príncipe. Tiene como título Steigt freudig in die Luft y está catalogada como BWV 36a.

Es en 1731 cuando es parodiada para la misa dominical del Primer Domingo de Adviento, oficio que tenía un carácter solemne al ser el primer día del año litúrgico. Esta es la que lleva el número 36 del BWV.

Posteriormente, en 1735 sufrió una nueva reelaboración para homenajear a un miembro de la noble familia Rivinius, posiblemente Johann Floren, que en octubre de ese año asumió la rectoría. Está catalogada como BWV 36b.

Por si fuera poco resulta que existen dos fuentes para esta cantata BWV 36 con notables diferencias. La primera, adaptada entre 1726 y 1730 consta de cinco partes en la copia del alumno de Bach Johann Philipp Kirnberger. La segunda, la aceptada por la Edición Bach consta de 8 números en dos partes antes y después del sermón. El material común a todas las versiones es el coro inicial y las arias 3, 5 y 7.

En fin que como he señalado en 1731 Bach decidió transformar en profundidad la estructura de la pieza, manteniendo el coro original y los arias, pero insertando entre ellos fragmentos de coral inspirados en Nun komm der heiden Heiland, himno de Adviento traducido por Lutero del antiquísimo Veni redemptor gentium. Esta idea de sustituir los habituales recitativos por estrofas de coral es absolutamente atípica y sólo encuentra un antecedente en la cantata BWV 140, estrenada precisamente la semana anterior. Como último movimiento, Bach añadió una estrofa de la coral Wie schön leuchtet der Morgenstern de Philipp Nicolai.

El origen profano del coro inicial es evidente y la pieza, a pesar de su origen profano funciona bastante bien en el nuevo contexto. De hecho, este número inicial, al parodiar una cantata profana, no elabora una melodía de coral. Se abre con un coro de exultante carácter festivo, dentro de lo exultante que podía ser una cantata en tiempo de Adviento, perfectamente adaptado al sentido litúrgico de este Primer Domingo de Adviento en donde se leía el pasaje de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Ya lo deja ver la propia letra… «Levantad el vuelo con alegría… pero deteneos, no os alejéis mucho porque se acerca el Señor de la Gloria». Su texto, bien adaptado, demuestra que Bach y el autor, posiblemente Picander, trabajaron en fuerte colaboración. Os dejo con la versión de Herreweghe:

El segundo número es el coral y a mi me parece un buen ejemplo para diferencia coro y coral en las cantatas de Bach. Este coral está elaborado en forma de dueto de la primera estrofa de Nun komm der heiden Heiland del segundo movimiento, sin duda uno de los momentos más inspirados de la obra, con la melodía de la coral reconocible tanto en el canto de soprano y alto, reforzados cada uno por un oboe d’amore y, al mismo, tiempo modificada para dotarla de mayor expresividad, como en el bajo continuo que entona a modo de obsesivo lema la primera frase del coral. Es, por otro lado, un dueto lleno de intimismo. Aquí una versión de Leonhardt y Harnoncourt, con un alto y un niño en la voz de soprano:

La primera parte termina con un aria para tenor y una coral que tratan el tema de la llegada de Jesús como novio. El tercer número es un aria clásica da capo para oboe d’amore y tenor. La letra, preciosa como la de toda la cantata, dice «El amor guía con suaves pasos lo que ama sobre todas las cosas». Y así es este aria, suave como el amor. Escuchamos la versión de Herreweghe:

La segunda parte comienza con un alegre aria que traiciona su origen secular, pero que encaja perfectamente en el espíritu de recibimiento característico del Adviento. El motivo inicial de continuo y violines inunda el aria de bajo junto a los tresillos y rápidos ritmos, símbolo bachiano del júbilo. De nuevo la versión de Herreweghe:

La coral que le sigue marca un fuerte contraste con sus figuras en ostinato que dan al movimiento un aire severo. Y tras el coral llega la absoluta belleza. Absolutamente delicioso es el aira para soprano que sigue. Acompañada por un violín solista, la soprano recuerda que hasta los pecadores y los más miserables pueden dar gloria a Dios. Es un momento maravilloso de la cantata, con un pasaje en el que el eco entre voz y violín crea un efecto de enorme dulzura.

“Incluso con voz suave y débil
Se puede honrar la majestad de Dios.
Pues un simple sonido de nuestro espíritu
Es para Él un estruendo
Que escucha desde el propio cielo”.

Tengo claro que con esta letra, auténtica reivindicación de lo pequeño, Bach lo tuvo medianamente fácil (perdonad mi atrevimiento, pero la letra del autor, quizás Picander, me parece tan maravillosa que tenía que hacerle un pequeño homenaje) para componer el aria. Para mi es una de las más bellas arias de toda la producción bachiana y la voz del violín me parece sublime. Os dejo dos versiones, la primera de Leonhardt y Harnoncourt, con voz infantil, retrotrayéndonos a 1731 y la segunda de Herreweghe:

Y pasamos ahora a deleitarnos con un video en donde la cantante de mantesa, Núria Rial interpreta el aria junto al violinista John Holloway, dirigidos (es un decir, porque en este número les deja apañarse a los dos solos) por Rudolf Lutz. No me digáis que no es bello…

Señoras y señores yo con esto puedo dar por concluido este domingo. Me quedo con este aria, este diálogo entre el violín y la soprano, la maravilla de ejecución de Holloway y la dulzura y facilidad de Rial. Hasta los débiles pueden rezar…

La cantata termina con un coral final que entona la estrofa 7 del coral de Adviento por excelencia, Nun komm der Heiden Heiland.

Discografía con esta cantata hay buena y variada pero yo, en este caso, me decanto por Philippe Herreweghe y su Collegium Vocale en el álbum que editaron con tres cantatas para Adviento, las BWV 61, 62 y la que hoy nos ha ocupado 36. Absolutamente imprescindible.

Imprescindible. Es un lujo de álbum

Imprescindible. Es un lujo de álbum

Tras haber terminado de escribir esta entrada he estado escuchando otro disco con esta cantata y voy a incluirlo porque tiene dos elementos que lo hacen diferente: 1. Está grabado siguiendo las pautas de una parte por voz (OVP) y 2. Tiene un ritmo trepidante que, seguramente si hubiese sido abordado con un coro de características tradicionales, no lo hubiese aguantado. La Petite bande con Kuijken a la cabeza.

Un Kuijken siempre sorprendente

Un Kuijken siempre sorprendente

Que paséis una buena semana, yo me quedo sumido en la esperanza de que llegará un día en el que la voz de los más débiles se oirá allá donde se tenga que escuchar. Aunque sea de forma suave.

compositor de cantatas

Comienza con este post una serie introductoria sobre las cantatas sacras de Johann Sebastian Bach. La proximidad del comienzo del año litúrgico me invita a escribir un pequeño manual, sin intención de ser ni parecer presuntuoso, que facilite adentrarse en el maravilloso mundo de las cantatas bachianas. ¿Por qué  hacerlo ahora en base a un calendario religioso? Porque para entender en toda su complejidad las composiciones en forma de cantata sacra de Bach tenemos que situarlas en el contexto para el que fueron creadas y de eso trata esta serie, de comprender por qué el kantor compuso las cantatas, tal o cual cantata, para qué, por qué le puso ese texto, por qué la armonizó para esos instrumentos concretos, etc. En las cantatas nada hay porque sí; todo está porque cumple una función. Las funciones que queramos o podamos darles cada persona que las escuche en estos tiempos es decisión de cada cual. Y os aseguro que hoy en día las cantatas pueden servir para muchas ocasiones y personas, sean éstas religiosas o no. Pero aparte de todo eso os animo a adentrados, sin más, en el hermoso mundo de las cantatas bachianas.

Thomaskirche en Leipzig

Thomaskirche en Leipzig

Una cantata es, como dice la propia palabra, una composición musical cantada, para una o más voces solistas y con acompañamiento musical, generalmente en varios movimientos y en ocasiones con un coro. El hecho de ser cantada es lo que la distingue de la pieza para ser tocada o «sonada», esto es, la sonata. Cantata por lo tanto en música es una composición vocal con acompañamiento instrumental. Fue a principios del siglo XVII, junto con la ópera y el oratorio, cuando surgieron las primeras composiciones con esta forma. El lugar donde surgió la cantata fue en la península itálica en donde se convirtió en la forma principal de música compuesta para ser cantada. Este tipo de cantata, el más antiguo, conocido como cantata da camera, era compuesto para una o dos voces solistas con bajo continuo y, a veces, un pequeño acompañamiento de otros instrumentos. Normalmente contenía diferentes secciones en formas vocales contrapuestas, como son los recitativos, que se utilizaban para narrar la escena, y las arias, que eran las que expresaban la escena. Entre los compositores italianos que escribieron este tipo de obras encontramos a Giulio Caccini, Claudio Monteverdi y Jacopo Peri. Fue a finales del siglo XVII cuando la cantata da camera se convirtió en una composición para dos o tres voces.

Las cantatas que se crearon para ritos religiosos, tanto católicos como reformistas, son las llamadas cantatas sacras. En el caso de las cantatas para la liturgia luterana tenían una función específica que era la de facilitar la participación de los feligreses en la celebración litúrgica del día, ayudando a comprender la lectura del evangelio así como el mensaje del pastor. Esas cantatas tenían una parte oral muy consistente, destinadas a ser cantadas por los feligreses. Las cantatas de Bach, por ejemplo, tenían generalmente un coro inicial en el que los sopranos iniciaban el tema musical seguido por las otras voces; éste se sucedía por medio de arias con recitativos cortos, y a veces con instrumentos solistas que tocaban la melodía preparada para la voz, que es lo que se denomina obligato. Hay que tener en cuenta que la congregación de fieles conocía los corales de antemano, ya que eran, por lo general, himnos que llevaban décadas interpretándose en las iglesias protestantes, muchos de ellos compuestos por el propio Lutero, y porque se iniciaba el servicio religioso con un preludio coral con esta música que se tocaba al órgano. De la misma manera, se editaban para las celebraciones unos pequeños cantorales con el texto de las cantatas.

Para entenderlo mejor (reconozco que la mejor explicación, más allá de mis pobres palabras, son las imágenes y la música) os dejo un vídeo. Es un vídeo del año 2012, de un acto religioso en la misma iglesia donde Bach fue cantor, en la Thomaskirche de Leipzig, es decir, la iglesia de Santo Tomás. En el video veremos como al principio sonará el órgano interpretando el preludio al coral que luego cantará toda la comunidad, en este caso, el himno por excelencia de las Iglesias protestantes, el Ein feste Burg ist unser Gott, compuesto por el propio Lutero. Tras el órgano todos los feligreses cantan el himno, el coral, al unísono, y después los niños cantores de Santo Tomás continúan (desafinando en diferentes momentos…) con la parte del coro:

Pasamos ahora a escuchar la cantata BWV 80 Ein feste Burg ist unser Gott, basada en este himno de Lutero e interpretada en esta ocasión en concierto por Charles Daniels, Dorothee Mields, Terry Wey y Harry van der Kamp como cantantes. ¡A ver en cuántas partes descubrís el himno de Lutero!

Antes de continuar en torno a estas cantatas me gustaría señalar unas ideas que el musicólogo y especialista en liturgias, Robin A. Leaver, hizo en un artículo sobre el uso de la parodia por parte de Johann Sebastian Bach:

  • La distinción entre cantatas sacras y profanas (o seculares) no la hizo el propio Bach, sino que es posterior. Es decir, Bach no componía un tipo de cantata según fuese para un uso religioso o secular. El músico componía para una ocasión especial, ya fuese una festividad religiosa dentro del calendario litúrgico, bien una festividad religiosa fuera del calendario, como por ejemplo la festividad de San Miguel o para una visita real o el cumpleaños de algún miembro de la aristocracia. Era en base a esa ocasión especial por la cual Bach componía una cantata de una forma u otra. De ahí que parte de la música de cantatas profanas fuese utilizada en cantatas sacras, que es lo que se denomina parodia (más allá del significado que esa palabra tiene hoy en día).
  • Bach veía como una unidad su propia música, algo que queda claro en el uso de las letras S.D.G., Soli Deo Gloria, escritas al final de muchas de sus partituras de las cantatas sacras, sino también en la finalización de sus cantatas seculares. Esta unidad le daba la posibilidad de permitir utilizar parte de su música profana en la música sacra, lo que le daba la oportunidad de que esa música se escuchase en más de una ocasión. Teniendo en cuenta que todas sus cantatas, tanto las sacras como las profanas, fueron compuestas para una fecha concreta, no puedo imaginarme que una de esas maravillosas músicas solo se hubiese escuchado una sola vez en el contexto de, por ejemplo, el funeral de una reina.

La cantata, en tiempos de Bach, se interpretaba antes y después del sermón. La primera parte servía como introducción al sermón del pastor y la segunda servía como reflexión a las palabras escuchadas, de ahí que Bach tenía que componer la música en base a las sagradas escrituras de la fecha, al himno que tocase ese día y en base a las palabras que iba a decir el oficiante. Una ardua tarea. Las cantatas bachianas son, por lo tanto largas como para poder interpretarlas antes y después del sermón o más cortas, con lo que se ejecutaría una en la primera parte y otra en la segunda, que podía ser una anterior del propio compositor o de otro músico diferentes, incluso de otra época más antigua. Las celebraciones luteranas duraban hasta cuatro horas, ¡ahí es nada! (Todo hay que decir yo hubiese aguantado lo que fuese con tal de tener la oportunidad de asistir a una de esas celebraciones con música en directo compuesta y dirigida por el kantor de Santo Tomás… Y me imagino que vosotras y vosotros también, ¿no es así?).

Y con esto os dejo por ahora. En una próxima entrega hablaremos sobre las diferentes partes de una cantata y sus funciones. Espero que haya servido para que os pique el gusanillo de las cantatas bachianas. ¡Yo estoy totalmente enganchado! (para sufrimiento de mi bolsillo).

P.D. Agradecería enormemente que si tenéis cualquier sugerencia, aportación o corrección a lo aquí expuesto no dudéis en hacerla. ¡Muchas gracias!

P.D.2. Permitidme otra postdata, aunque corra riesgo de meterme donde no me llaman. Para conocer la obra de Bach y más el sentido de sus cantatas sacras hay que conocer la génesis de su religión. Se puede leer la vida y obra del doctor Martin Lutero, desde luego, y también se pueden ver muchos y buenos documentales sobre el mismo tema. Hace unos años Hollywood hizo una película, que si bien tiene partes, digamos, demasiado hollywoodienses, es una buena manera de acercarse a la vida de Lutero, aunque sea muy superficialmente. Y eso sirve para comprender, algo mejor, la obra del kantor de Santo Tomás de Leipzig. Os dejo el enlace de la película Lutero protagonizada por Joseph Fiennes.